La trama de la película gira en torno a un tema en particular:
¿tienen alma o no los indígenas? Dos hombres se enfrentan para responderlo. Uno de ellos es un filósofo llamado Sepúlveda, para quien, como dijo Aristóteles, ciertos hombres son esclavos natos y lo que importa es la salud del alma. El otro es Bartolomé de las Casas, ardiente protector de los indígenas. Tras la llegada de un enviado del Papa a Valladolid, se debatió si los indígenas poseían alma.Un espectáculo en el que se replantea la problemática de la colonización de las culturas y cómo las consecuencias emanadas de las decisiones tomadas entonces han condicionado la evolución de la historia de una buena parte del mundo occidental. De esta manera, el espectador se involucra en una reflexión dinámica y personalizada que, a medida que evoluciona, pueda acercar posturas. Los argumentos de Sepúlveda se apoyaba en el mando evangelizador que Cristo dio al Pápa y al Rey Católico. Según él, el derecho de tutela implica la servidumbre del indígena. Calificaba las prácticas culturales de los pueblos indígenas como antinaturales. En cuanto a Bartolomé de Las Casas, demuestra la racionalidad de los indígenas a través de su civilización.
Al final, no hubieron conclusiones al debate ya que los jueces no llegaron a pronunciarse.
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