miércoles, 14 de diciembre de 2016

Librertad y justicia

Para hablar de la libertad lo primero que tenemos que hacer es buscarle una definición para poder entenderla. Yo no soy de esas personas que buscan frases súper celebres de escritores o poetas, soy más bien de sacar un pequeño fragmento de canciones para definir algo o para decir las cosas, o simplemente para ponerlo de pie de foto de las redes sociales.

Pero volviendo al tema, la libertad es, según Nino Bravo, algo que nos hace sentir como el sol, o como un pájaro que pudo por fin salir de su jaula y volar, esa sensación de libertad nos puede dar a entender que podemos hacer lo que queramos cuando queramos y como queramos, pero eso no es así, ya que si fuera así creo que el mundo se volvería un Mortal Kombat constante, y la verdad, no me gustaría vivir en un mundo así. Para que el mundo no se vuelva así tenemos la justicia, que según Maná en su canción "Justicia, tierra y libertad" es algo que todas las personas tendríamos que tener, ya que por ser una persona de color no va a tener menos derechos que una persona de piel blanca. La justicia tiene que ser neutral e igualitaria, ya que sino no sería justicia, y como dice Birdy, las personas ayudan a las personas, porque si no nos ayudamos entre nosotros, ¿quién lo va a hacer?
También hay que tener en cuenta como somos las personas, hay gente que dice que somos malos por naturaleza, y otros que dicen que somos buenos por naturaleza, personalmente pienso que nosotros nacemos neutros, y que depende del entorno que tengamos y lo grande que sea nuestro Pepito Grillo seremos de una manera o de otra, aunque no todo tiene que ver con el entorno, ya que por ejemplo si el entorno influyera al 100% en nosotros todos seriamos iguales, no habría homosexualidad, tampoco diferentes estilos de música, y un largo etcétera que me da repelús solo el pensarlo. Hay una frase que me gusta mucho que es la de "todos somos iguales y diferentes al mismo tiempo", yo le veo a esta frase un significado judicial, ya que todos somos iguales ante la ley, pero tenemos diferentes formas de pensar, de hacer las cosas, etc.. También tenemos que tener en cuenta a nuestra sociedad, ahora mismo la mayor parte de la sociedad está corrompida, ya sea por el poder, por el dinero, quién sabe. Lo que hace que las personas se vuelvan más frías y con más necesitad de poder, no todas obviamente, pero sí un porcentaje alto de las personas, todo esto es desde mi punto de vista obviamente, a lo mejor me equivoco, pero yo lo veo así. La justicia está hecha para que siempre gane el más poderoso, incluso cuando se inventó era así. Eso nos lleva a que los derechos y las leyes están hechos porque las personas tenemos una cosa que se llama dignidad, y la dignidad es algo que por mucho que quieran no nos la pueden quitar, no es tan fácil como quitar una goma o un coletero. 

Reflexión sobre la felicidad y el bienestar con uno mismo


Todos queremos ser felices en nuestra vida, sentimos que la felicidad es algo que se puede alcanzar y mirando esto desde un punto de vista lógico, tiene sentido, es decir ¿por qué si existe el mal (y de esto si solemos estar bastante seguros) no puede existir el bien? Sería injusto, ¿no es cierto? e incluso yo diría que incorrecto ya que yo me suelo guiar bastante por lo que es justo y equilibrado, y para explicarme pondré el ejemplo de como la naturaleza permite que mueran unos para así, dar vida a otros. Claro que mis teorías filosóficas no tienen por qué ser correctas, obviamente, simplemente es mi opinión personal. Pero, esta opinión tiende a contradecirse debido a que: 
Por otro lado, las personas solemos tender a confundir felicidad con el bienestar, lo cual me lleva a pensar que tal vez la felicidad no exista, y que sea bienestar a lo que nos referimos cuando pensamos que estamos felices, pero eso, al fin y al cabo, depende de cada uno de nosotros y de como somos y nos tomamos las cosas que nos pasan, creo que nosotros mismo podemos alcanzar, de diferentes maneras,  un estado de bienestar si nos lo proponemos.  Busca motivos para estar contento/a.

El enfado es una emoción negativa que nos invade. Sin embargo, esta invasión es más difícil si estamos contentos, pero contentos de verdad…no simulando estar contentos. Hacer aquello que más nos gusta facilita esa alegría necesaria que nos ayudará a evitar los enfados.
Es necesario que retomes el control de tu vida a través de tus pensamientos. Seguro que tienes la mente llena de pensamientos negativos automáticos.
Ademas, la psicología positiva se centra en lo que hace que algunos de nosotros seamos más fuertes, en mejor estado de bienestar y tengamos una vida con más satisfacciones. Se trata de aprender a pensar diferente acerca de los buenos y malos sucesos y apreciar que hay más de una ruta de acceso a una vida emocionalmente satisfactoria.
No seas tan materialista
Hay muchos cánceres en la sociedad y el materialismo es uno de ellos. Es el origen de muchas frustraciones y emociones negativas. Evitando ser un materialista evitarás más a menudo la emoción negativa del enfado, ¿por qué? porque al huir del materialismo puedes refugiarte en tu interior y buscar y potenciar aquellas cosas que de verdad merecen la pena y te hacen más fuerte en la vida.

Busca emociones nuevas

Se trata de que tu mente esté ocupada disfrutando de cosas nuevas. No dejes que entre en una tediosa rutina que va a hacer que los enfados entren en tu vida más fácilmente. No es necesario hacer puenting…hablar con un extraño puede ser emocionante.
En resumen, busca métodos para encontrar, por así decir, tu zona de confort y bienestar, porque no sirve de nada mantenerse cabreado, ya que el que más mal lo va a pasar eres tu, y si no existe la felicidad, yo creo que por lo menos tenemos la certeza de que existe el bienestar humano y que con eso puede ser suficiente, es decir, al fin y al cabo, ni siquiera sabemos que es la felicidad o qué se siente al experimentarla. Mucha gente ha sido influenciada por el mundo, a través de las telecomunicaciones y medios de comunicación que nos enseñan desde su punto de vista, como sería la felicidad si la alcanzáramos y de alguna manera llegamos a creerlo y formamos a partir de su teoría de la felicidad la nuestra propia, pero esa teoría es errónea ya que el mundo nos da a entender que una vez alcanzada definitivamente la felicidad, ya no nos puede ser arrebatada jamás, y eso es mentira, ya que, esta claro que la felicidad en el caso de que exista, no es permanente. 


















martes, 13 de diciembre de 2016

Reflexión sobre la libertad


Quizás lo más conveniente para comenzar sea definir la palabra libertad. La libertad se define como la “Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos”(DLE, RAE) .En esto se entiende que el hombre tiene el derecho de hacer lo que quiera, pero si se diera en el sentido más literal de la frase, el mundo sería un caos absoluto, y se requiere de una entidad que regule la libertad, para que la gente no pueda cometer todos los crímenes que quieran. Aquí entra la Justicia.
La justicia es esa entidad de la que ya he hablado antes, que se encarga de poner límites a la libertad. Esto puede ser una de las tareas más difíciles, porque hay que intentar dejar la mayor cantidad de autonomía al ser humano, pero a la vez impedir que puedan hacer algo nocivo a otras personas. De esto se encargan las leyes. Como cada persona tiene libertad de pensamiento, esto implica una diferente mente crítica, otro punto de vista distinto al tuyo y una perspectiva subjetiva; esto implica que no toda la gente verá lo mismo bien y lo mismo mal, sino que habrá variedad de opiniones, y esto llevaría a conflictos. Por eso se crearon las leyes. Las leyes son una especie de “normas morales” comunes para todas las personas, y consideran lo que está bien a ojos de la ley, aunque eso no se ajuste a los pensamientos y creas que una ley es injusta. Las leyes no son comunes para todos los países, y otros tienen leyes diferentes, pero al igual que si fuera una persona que piensa diferente, se debe respetar las diferentes leyes.
Hablando de eso, la libertad de pensamiento ha provocado muchos conflictos a lo largo del tiempo. Solo habría que ver las cruzadas que sucedieron en la antigüedad, junto a las guerras de religión; o para poner ejemplos más recientes de estos sucesos, los conflictos políticos o deportivos, en la que la gente se pelea sin prácticamente ningún motivo sólo porque otra gente piensa diferente. Estos conflictos son algo muy extraño, ya que aunque la gente pelea por la libertad de expresión y por qué se respeten sus ideas, luego ellos no respetan las de otros. Parece que no entienden que nadie puede tener la razón absoluta, sólo porque tu apoyes a un equipo no significa que a otra persona le puede gustar otro, o que no existe blanco ni negro en un tema, sino que hay una escala de grises casi infinita de por medio.

“La libertad va de la mano con el respeto mutuo”
Xanana Gusmão

Siempre se ha considerado que la libertad propia acaba donde empieza la del prójimo, y esto nos puede llevar a pensar que la libertad de la persona está condicionada por los miembros de la comunidad con los que convive y le rodean, ya que las normas sociales, éticas y morales que rigen esa convivencia imponen ciertas restricciones a la libertad de la persona en pro de una mayor satisfacción en las relaciones que se establecen, evitando de esta manera, o pretendiéndolo, los conflictos que surgirían si todas los seres humanos se expresasen con total libertad, cuando ésta puede dañar física o moralmente al resto de sujetos que conforman la comunidad

                “Ser libre no es solamente desamarrarse las propias cadenas, sino vivir en una forma que respete y mejore la libertad de los demás.”
Nelson Mandela.

Se puede hablar de muchos tipos de libertad (Libertad de decisión, libertad de elección, libertad de opinión…), pero creo que el más importante es la libertad de pensamiento. La libertad de pensamiento es en si lo que nos da libertad en todo lo demás, ya que, si no podemos pensarlo, no podemos hacerlo. Pero para pensarlo primero hay que saberlo. Algunos autores defienden que la libertad total no se puede alcanzar si hay ignorancia. Por ejemplo: Si hay alguna persona aislada en una isla desierta, él se puede considerar libre, pero al no conocer todas las opciones que puede elegir en una sociedad moderna, no puede seleccionar lo que quiera, ya que solamente ti y por tanto no se podría considerar libre para las otras personas. Esto es un ejemplo, pero a lo que me refiero es al amplio abanico de posibilidades que le ofrece la vida a cada persona, y si no puedes conocerlo no puedes elegirlo.

“La libertad comienza allí donde acaba la ignorancia”
Víctor Hugo.


En resumen, la libertad abarca muchos aspectos con los que nos hemos encontrado en la evolución del ser humano, y es uno de los temas fundamentales que ha permitido a la sociedad desarrollarse hasta llegar a ser tal y como la conocemos. El ser humano siempre ha perseguido la libertad tanto física como intelectual, convirtiéndose en un eje central de su existencia; y a pesar de los años, que llevamos pensando sobre el tema, siempre será un tema controvertido.

“En la bandera de la libertad bordé el amor más grande de mi vida”
Federico García Lorca

lunes, 12 de diciembre de 2016

Santiago Méndez Reflexión

SANTIAGO MÉNDEZ GARCÍA 4ºB

REFLEXIÓN: LA SOCIEDAD, LOS DERECHOS, LAS NORMAS Y LA CONCIENCIA MORAL

En la actualidad, las personas conviven en diferentes sociedades controladas por una gran serie de normas y leyes. John Rawls entiende la justicia como la equidad; establece que una sociedad justa cumple que cada persona tiene un derecho igual a un esquema similar de libertades para otros, y las desigualdades sociales y económicas deben resolverse de modo que resulten en el mayor beneficio de los miembros menos aventajados de la sociedad, y los cargos deben estar abiertos bajo condiciones de igualdad de oportunidades. Entonces, las leyes de una sociedad justa harían que el individuo goce de derechos y libertades básicos, pero sin transgredir los de los demás: La libertad de uno acaba donde empieza la del prójimo. Así, en una sociedad justa cada uno es libre de actuar de distintos modos sin violar los derechos de los demás ni hacer el mal de forma que otros no gocen de la misma libertad. Además cada individuo tiene unas obligaciones que debe llevar a cabo para el bien de la sociedad.
            Las normas y leyes indican qué se puede o debe hacer y qué no o cómo debemos actuar en ciertas ocasiones, y pueden sancionar a los que no las cumplen. Estas son el instrumento más importante para establecer el orden social y la justicia, y para intentar conseguir la libertad individual a la vez que los derechos básicos de todos. Hacen que se cumplan los derechos y las obligaciones de las personas. En una sociedad sin normas se instalaría el libertinaje, es decir, algunas personas podrían hacer todo lo que quisiesen y actuar como quieran, pudiendo hacer el mal e infringir los derechos y libertades de los demás y hacer la violencia; toda conducta estaría permitida y sería un caos. Sin embargo, dos corrientes filosóficas del s. XIX aspiran a una sociedad justa sin leyes ni Estado, ni propiedad privada: el Anarquismo de Bakunin y Kropotkin y el Marxismo de Marx y Engels; creen en una sociedad utópica en la que cada uno se dicta sus propias normas morales y es completamente libre, pero no hay leyes. Yo creo que las normas son imprescindibles para el orden social, la libertad y los derechos y es imposible una sociedad justa sin leyes, y ese ideal es una quimera.
            En los países democráticos, las leyes son producto del consenso entre las personas, puesto que el pueblo elige a sus representantes mediante el voto, y estos son los que aprueban las leyes en el Parlamento. Esto hace las leyes más legítimas y nos lleva a una sociedad más justa en la que todos podemos participar en la política y es más fácil que se respeten los derechos individuales. Como las leyes son fruto del acuerdo, para respetar a los individuos de una sociedad se deben respetar sus leyes, por ejemplo: a un ciudadano, aunque no es pobre, no le agrada pagar sus impuestos porque perjudica directamente a su economía, pero piensa que tiene que hacerlo (y lo hace) porque el Estado utiliza el dinero público para el bien común y sin los impuestos no se podría disponer de los servicios públicos (sanidad, educación, servicios de emergencias, policía, guardia civil, etc.) ni los derechos que estos implican. No obstante, esto no quiere decir que en estos Estados todas las leyes sean justas; hay leyes que no son justas o se podría considerar que no lo son, ya que el sistema no es perfecto y pueden haber errores y no respetarse algunos derechos, por ejemplo: en Rusia está prohibido el matrimonio homosexual, y en España la ley de seguridad ciudadana (ley mordaza) limita el derecho a huelga. El trascendental pensador nacionalista indio Mahatma Gandhi defendía la huelga, la resistencia no violenta y la desobediencia civil si la conciencia moral propia no estaba de acuerdo con leyes o decisiones del Estado. Personalmente yo estoy  de acuerdo con la legitimidad que da la democracia a sus leyes.
            En los regímenes dictatoriales y no democráticos, una sola persona tiene todo el poder político, por lo que hace sus propias leyes y pone en práctica sus propios valeros, y no se respetan todos los derechos y libertades individuales.
            Además, en una sociedad justa se reconocerían los derechos básicos de sus integrantes y también la dignidad humana. La dignidad humana es el valor supremo de la vida de las personas, que se reconoce por medio de la igualdad y los derechos, y por supuesto la igualdad de derechos políticos y jurídicos (igualdad ante la ley y la justicia, derecho al voto).
            Para reconocer mundialmente la dignidad humana y los derechos de las personas e intentar que se respeten, en 1945 se firmó la Carta de las Naciones Unidas en San Francisco; tras la 2ª guerra mundial, la comunidad internacional se comprometió a evitar que se repitiese un holocausto. En 1948, los 50 estados miembros de las Naciones Unidas aprobaron en París la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Esta declaración ha inspirado tratados y constituciones, aunque en la mayoría de países no se cumplen los derechos humanos: según la ONU, solo se cumplen todos en 14 países, entre ellos Francia, Alemania, Bélgica y Canadá. La declaración se amplió a colectivos como las mujeres y los niños. Los derechos humanos son universales (pertenecen a todas las personas), inalienables (no se pueden traspasar) e interdependientes e indivisibles (todos tienen la misma importancia, y para que uno de ellos sea reconocido se deben respetar todos). Actualmente, la Organización de las Naciones Unidas está formada por 193 países, y defiende y trabaja por los Derechos Humanos, la paz y la igualdad. Amnistía Internacional es una organización presente en 150 países que lucha por los derechos humanos, fundada por el abogado inglés Peter Benenson. En mi opinión, la ONU y los Derechos Humanos son sumamente importantes, puesto que así se pueden reconocer y hacer respetar los derechos de todas las personas del mundo, y estamos un gran paso más cerca de la justicia y la igualdad en el mundo.
            La dignidad humana se conoce desde la antigüedad, pero, ¿qué hace al ser humano tan diferente del resto de seres vivos? ¿Cómo nace el ser humano y cuál es su naturaleza?
            El ser humano está dotado de la Razón y de un intelecto superior, y también de la moral, que determina lo que está bien y lo que está mal.
            El filósofo inglés del XVII Thomas Hobbes (el Leviatán), junto a otros pensadores, sostiene que el ser humano es brutal y egoísta por naturaleza, y la sociedad intenta corregir su comportamiento. El ilustrado francés Rousseau defendía que las personas nacen naturalmente buenas y la sociedad las corrompe. Estas posturas son un tanto deterministas. Por último hay quien cree que el hombre no tiene una naturaleza determinada y que el futuro de un individuo depende de sus decisiones y de las circunstancias y condiciones con las que vive. Esta postura está un poco más relacionada con el libre albedrío. Yo no me decantaría mucho por ninguna de las ideas, pero pienso que el carácter y los actos de las personas dependen de sus decisiones y circunstancias, y que aunque las personas nacen inocentes también tienen cierto egoísmo por naturaleza, y en el desarrollo de su pensamiento intervienen muchos factores.
            Por otro lado, las personas no nacemos con conciencia moral, es algo que se adquiere con el tiempo con el desarrollo intelectual y la madurez. Los referentes de nuestra moral son los valores, principios, normas e ideales.
Los valores son cualidades de las realidades que las hacen estimables, y siempre tienen uno opuesto: bien y mal, belleza y fealdad, sinceridad y mentira… Las normas, como dije anteriormente, dicen qué se debe hacer y qué no; los principios son normas muy generales en las que se basan o inspiran otras más concretas: tratar a los demás como te gustaría que te traten a ti, decir la verdad, no usar la violencia salvo para defenderse… Los ideales son los fines que se desean alcanzar en la vida: felicidad, justicia, utilidad…
Según Kohlberg, el proceso del desarrollo de la conciencia moral se divide en 3 etapas que están comprendidas entre dos estadios:
Los dos estadios son la heteronomía moral, en la que se aceptan las normas propuestas por otros, y la autonomía moral, que consiste en darse a sí mismo normas morales propias.
Las 3 etapas son las siguientes, ordenadas de menos a mayor madurez de la conciencia moral:
- Preconvencional: se obedecen las normas impuestas por otros por miedo al castigo, o se asumen como propias solo las normas que favorecen los intereses propios.
- Convencional: se actúa en función de lo que esperan los demás o la sociedad, o bien se respetan las normas por necesidad del orden social y los intereses generales de la sociedad.
- Posconvencional: se reconocen el carácter relativo de las normas y los derechos humanos y se aceptan las normas que son fruto del consenso; en la etapa más avanzada, se toma conciencia de principios universales que están por encima de las leyes.
Yo pienso que me encuentro en la etapa convencional, en el respeto al orden social establecido, porque entiendo que las normas son imprescindibles para el orden social y los intereses sociales y la convivencia.

En conclusión, una sociedad justa debe permitir la convivencia de los individuos y respetar la dignidad y los derechos humanos, y la libertad individual y los derechos básicos, que  se consiguen mediante normas (morales, sociales) y leyes legítimas que se consiguen mediante el acuerdo y consenso de la sociedad (leyes democráticas). Los seres humanos están dotados de la razón y la moral, y a medida que se desarrollan adquieren una conciencia moral que les permite estimar los valores, normas, principios e ideales, llegar a una autonomía moral y determinar personalmente normas propias qué es bueno y malo en la sociedad.

En la actualidad, las personas conviven en diferentes sociedades controladas por una gran serie de normas y leyes. John Rawls entiende la justicia como la equidad; establece que una sociedad justa cumple que cada persona tiene un derecho igual a un esquema similar de libertades para otros, y las desigualdades sociales y económicas deben resolverse de modo que resulten en el mayor beneficio de los miembros menos aventajados de la sociedad, y los cargos deben estar abiertos bajo condiciones de igualdad de oportunidades. Entonces, las leyes de una sociedad justa harían que el individuo goce de derechos y libertades básicos, pero sin transgredir los de los demás: La libertad de uno acaba donde empieza la del prójimo. Así, en una sociedad justa cada uno es libre de actuar de distintos modos sin violar los derechos de los demás ni hacer el mal de forma que otros no gocen de la misma libertad. Además cada individuo tiene unas obligaciones que debe llevar a cabo para el bien de la sociedad.
            Las normas y leyes indican qué se puede o debe hacer y qué no o cómo debemos actuar en ciertas ocasiones, y pueden sancionar a los que no las cumplen. Estas son el instrumento más importante para establecer el orden social y la justicia, y para intentar conseguir la libertad individual a la vez que los derechos básicos de todos. Hacen que se cumplan los derechos y las obligaciones de las personas. En una sociedad sin normas se instalaría el libertinaje, es decir, algunas personas podrían hacer todo lo que quisiesen y actuar como quieran, pudiendo hacer el mal e infringir los derechos y libertades de los demás y hacer la violencia; toda conducta estaría permitida y sería un caos. Sin embargo, dos corrientes filosóficas del s. XIX aspiran a una sociedad justa sin leyes ni Estado, ni propiedad privada: el Anarquismo de Bakunin y Kropotkin y el Marxismo de Marx y Engels; creen en una sociedad utópica en la que cada uno se dicta sus propias normas morales y es completamente libre, pero no hay leyes. Yo creo que las normas son imprescindibles para el orden social, la libertad y los derechos y es imposible una sociedad justa sin leyes, y ese ideal es una quimera.
            En los países democráticos, las leyes son producto del consenso entre las personas, puesto que el pueblo elige a sus representantes mediante el voto, y estos son los que aprueban las leyes en el Parlamento. Esto hace las leyes más legítimas y nos lleva a una sociedad más justa en la que todos podemos participar en la política y es más fácil que se respeten los derechos individuales. Como las leyes son fruto del acuerdo, para respetar a los individuos de una sociedad se deben respetar sus leyes, por ejemplo: a un ciudadano, aunque no es pobre, no le agrada pagar sus impuestos porque perjudica directamente a su economía, pero piensa que tiene que hacerlo (y lo hace) porque el Estado utiliza el dinero público para el bien común y sin los impuestos no se podría disponer de los servicios públicos (sanidad, educación, servicios de emergencias, policía, guardia civil, etc.) ni los derechos que estos implican. No obstante, esto no quiere decir que en estos Estados todas las leyes sean justas; hay leyes que no son justas o se podría considerar que no lo son, ya que el sistema no es perfecto y pueden haber errores y no respetarse algunos derechos, por ejemplo: en Rusia está prohibido el matrimonio homosexual, y en España la ley de seguridad ciudadana (ley mordaza) limita el derecho a huelga. El trascendental pensador nacionalista indio Mahatma Gandhi defendía la huelga, la resistencia no violenta y la desobediencia civil si la conciencia moral propia no estaba de acuerdo con leyes o decisiones del Estado. Personalmente yo estoy  de acuerdo con la legitimidad que da la democracia a sus leyes.
            En los regímenes dictatoriales y no democráticos, una sola persona tiene todo el poder político, por lo que hace sus propias leyes y pone en práctica sus propios valeros, y no se respetan todos los derechos y libertades individuales.
            Además, en una sociedad justa se reconocerían los derechos básicos de sus integrantes y también la dignidad humana. La dignidad humana es el valor supremo de la vida de las personas, que se reconoce por medio de la igualdad y los derechos, y por supuesto la igualdad de derechos políticos y jurídicos (igualdad ante la ley y la justicia, derecho al voto).
            Para reconocer mundialmente la dignidad humana y los derechos de las personas e intentar que se respeten, en 1945 se firmó la Carta de las Naciones Unidas en San Francisco; tras la 2ª guerra mundial, la comunidad internacional se comprometió a evitar que se repitiese un holocausto. En 1948, los 50 estados miembros de las Naciones Unidas aprobaron en París la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Esta declaración ha inspirado tratados y constituciones, aunque en la mayoría de países no se cumplen los derechos humanos: según la ONU, solo se cumplen todos en 14 países, entre ellos Francia, Alemania, Bélgica y Canadá. La declaración se amplió a colectivos como las mujeres y los niños. Los derechos humanos son universales (pertenecen a todas las personas), inalienables (no se pueden traspasar) e interdependientes e indivisibles (todos tienen la misma importancia, y para que uno de ellos sea reconocido se deben respetar todos). Actualmente, la Organización de las Naciones Unidas está formada por 193 países, y defiende y trabaja por los Derechos Humanos, la paz y la igualdad. Amnistía Internacional es una organización presente en 150 países que lucha por los derechos humanos, fundada por el abogado inglés Peter Benenson. En mi opinión, la ONU y los Derechos Humanos son sumamente importantes, puesto que así se pueden reconocer y hacer respetar los derechos de todas las personas del mundo, y estamos un gran paso más cerca de la justicia y la igualdad en el mundo.
            La dignidad humana se conoce desde la antigüedad, pero, ¿qué hace al ser humano tan diferente del resto de seres vivos? ¿Cómo nace el ser humano y cuál es su naturaleza?
            El ser humano está dotado de la Razón y de un intelecto superior, y también de la moral, que determina lo que está bien y lo que está mal.
            El filósofo inglés del XVII Thomas Hobbes (el Leviatán), junto a otros pensadores, sostiene que el ser humano es brutal y egoísta por naturaleza, y la sociedad intenta corregir su comportamiento. El ilustrado francés Rousseau defendía que las personas nacen naturalmente buenas y la sociedad las corrompe. Estas posturas son un tanto deterministas. Por último hay quien cree que el hombre no tiene una naturaleza determinada y que el futuro de un individuo depende de sus decisiones y de las circunstancias y condiciones con las que vive. Esta postura está un poco más relacionada con el libre albedrío. Yo no me decantaría mucho por ninguna de las ideas, pero pienso que el carácter y los actos de las personas dependen de sus decisiones y circunstancias, y que aunque las personas nacen inocentes también tienen cierto egoísmo por naturaleza, y en el desarrollo de su pensamiento intervienen muchos factores.
            Por otro lado, las personas no nacemos con conciencia moral, es algo que se adquiere con el tiempo con el desarrollo intelectual y la madurez. Los referentes de nuestra moral son los valores, principios, normas e ideales.
Los valores son cualidades de las realidades que las hacen estimables, y siempre tienen uno opuesto: bien y mal, belleza y fealdad, sinceridad y mentira… Las normas, como dije anteriormente, dicen qué se debe hacer y qué no; los principios son normas muy generales en las que se basan o inspiran otras más concretas: tratar a los demás como te gustaría que te traten a ti, decir la verdad, no usar la violencia salvo para defenderse… Los ideales son los fines que se desean alcanzar en la vida: felicidad, justicia, utilidad…
Según Kohlberg, el proceso del desarrollo de la conciencia moral se divide en 3 etapas que están comprendidas entre dos estadios:
Los dos estadios son la heteronomía moral, en la que se aceptan las normas propuestas por otros, y la autonomía moral, que consiste en darse a sí mismo normas morales propias.
Las 3 etapas son las siguientes, ordenadas de menos a mayor madurez de la conciencia moral:
- Preconvencional: se obedecen las normas impuestas por otros por miedo al castigo, o se asumen como propias solo las normas que favorecen los intereses propios.
- Convencional: se actúa en función de lo que esperan los demás o la sociedad, o bien se respetan las normas por necesidad del orden social y los intereses generales de la sociedad.
- Posconvencional: se reconocen el carácter relativo de las normas y los derechos humanos y se aceptan las normas que son fruto del consenso; en la etapa más avanzada, se toma conciencia de principios universales que están por encima de las leyes.
Yo pienso que me encuentro en la etapa convencional, en el respeto al orden social establecido, porque entiendo que las normas son imprescindibles para el orden social y los intereses sociales y la convivencia.


En conclusión, se aspira a una sociedad justa que debe permitir la convivencia de los individuos y respetar la dignidad y los derechos humanos, y la libertad individual y los derechos básicos, que  se consiguen mediante normas (morales, sociales) y leyes legítimas que se consiguen mediante el acuerdo y consenso de la sociedad (leyes democráticas). Los seres humanos están dotados de la razón y la moral, y a medida que se desarrollan adquieren una conciencia moral que les permite estimar los valores, normas, principios e ideales, llegar a una autonomía moral y determinar personalmente normas propias qué es bueno y qué es malo en la sociedad.

Reflexión sobre la libertad, la ley y la justicia

La libertad es algo por lo que el ser humano ha luchado a lo largo de toda su existencia a pesar de ser el único responsable de su ausencia. Es definida como la «facultad y derecho de las personas para elegir de manera responsable su propia forma de actuar». Desde que nacemos hasta que morimos, está considerada como un derecho básico e inherente a la especie humana, ha sido el principal objetivo a alcanzar por miles de personas a través de la historia y aún hoy lo sigue siendo, habiéndose expandido a todos los ámbitos de la vida: libertad de expresión, libertad de movimientos, libertad económica, política... ¿Cómo es posible entonces que ese tan ansiado ideal sea perjudicado precisamente por los propios seres humanos, que lo deseaban tan vehementemente?

Más allá de las manifestaciones que atentan contra la libertad de manera directa buscando el perjuicio de una o más personas como las formas más primitivas de coartar la voluntad (por ejemplo, la reclusión física) o la imposición de un poder tiránico que oprima sistemáticamente a los individuos,  los límites y las normas pueden aplicarse de manera diferente. Si lo pensamos bien, al igual que no puede concebirse el ser humano sin libertad, resulta muy difícil imaginar una sociedad que funcione con ausencia total de normas, restricciones o límites. Sin embargo, aunque muchas personas estén de acuerdo con esta última afirmación, esto parece entrar en conflicto con el que es el derecho más primordial para la gran mayoría de nosotros: la libertad. Esto se debe sobre todo a que generalmente, nuestro concepto de felicidad y de bienestar tiene un carácter mayoritariamente individualista y en mayor o menor medida relacionado con el pensamiento maquiavélico (el fin justifica los medios), lo cual nos hace considerar las leyes y la normativa como algo intrusivo que nos coarta, cuando realmente no nos damos cuenta de que las leyes contribuyen a que la libertad de una persona no se vea mermada por el hecho de que otra esté haciendo uso de la suya. De ahí viene la famosa idea de que la libertad de una persona termina donde empieza la de otra.

La libertad dijo un día a la ley: «Tú me estorbas.»
La ley respondió a la libertad: «Yo te guardo»
                                                                                    Pitágoras

De esta idea podemos por lo tanto extraer la conclusión de que a pesar de que la libertad vista como un derecho individual que entra en conflicto con las acciones de los demás da lugar en muchas ocasiones a desconfianza de las leyes y la autoridad, estas últimas ayudan a tener una sociedad no perfecta, pero sí basada en unos cimientos que la sostengan y sobre todo, justa. Pero, ¿qué es la justicia? Según su definición más neutral u objetiva: «valor que consiste en actuar y juzgar conforme a la verdad y otorgar a cada uno lo que le corresponde. » Por lo tanto, una sociedad justa será aquella en la que se tenga en cuenta la dignidad de cada individuo por el mero hecho de ser humano como uno de los derechos básicos y se obre y se valore de manera que todos tengamos igualdad de oportunidades y seamos juzgados de la misma forma. Está íntimamente relacionada con el concepto antes esbozado de felicidad social, es decir, que ese tan apreciado bienestar individual sea trasladado a nivel global gracias a unas pautas que hagan posibles los cambios necesarios. Pero esto no será posible hasta que no tomemos conciencia de que para ser felices realmente no necesitamos un coche, un trabajo, una familia y amigos, hasta que no nos demos cuenta de que nuestra vida no es una burbuja sin vistas al exterior, hasta que no comprendamos que la felicidad de los demás debe ser también la nuestra. Quizá entonces demos el paso de no necesitar las normas porque tendremos el criterio suficiente par ser capaces de apreciar la importancia de estas, estableciendo nuestras propias directrices y de vivir conforme a ellas. Tal vez entonces cobre sentido esta cita con la que cierro la entrada y sobre la que os invito a reflexionar.
                                                                 
La libertad es la obediencia a la ley que uno mismo se ha trazado.
                                                                                      Jean-Jacques Rousseau

Libertad y dignidad

    A lo largo de estos meses, en clase hemos estado hablando, debatiendo y compartiendo opiniones sobre los conceptos de libertad, justicia, dignidad o comentando leyes y hechos actuales, como guerras, personas que se han visto involucradas en éstas, derechos humanos y la infracción de las mismas, entre otros temas de gran interés y polémica actual. En realidad, es algo bastante amplio y complejo, ya que podríamos pasarnos una vida entera hablando de eso y nos faltaría hasta tiempo. Teniendo en cuenta esto, es complicado hablar de ello en dos o tres párrafos, pero eso no frena mis ganas de querer compartir mis opiniones y pensamientos.

     Si nos paramos a pensar un poco, esto de la libertad para nosotros es algo obvio, algo que cada persona debe de tener ya que es un ser humano, una persona. Pero también se debería de saber que es algo relativamente nuevo en comparación con todos aquellos años en los que muchísimas personas lucharon por ella. También cabe decir que seguimos en esa lucha, ya que todavía no hemos conseguido que se respete, no a nivel político, donde el dramaturgo Víctor Hugo traduce esa libertad como derecho. Aquí entramos en los derechos humanos, todo aquello que deberíamos de tener y poder hacer por el simple hecho de ser humanos, personas con dignidad. No voy a entrar en la Declaración de los Derechos Humanos ni de cuáles ni cuántos son, ya que no lo sé (no todo, por lo menos), sino aquello que llevó a que se impusiera esta medida. Y no, no voy a entrar en el tema de las guerras, las muertes ni en política. Exacto; no es mi fuerte. 

     La cosa es que llegó un momento en el que el ser humano se dio cuenta (o por fin hizo caso a ese pensamiento) de que nos estábamos autodestruyendo nosotros mismos, a la vez que "empezábamos" a perder ese respeto hacia los demás, haciéndoles formar parte en cosas que ellos mismos no querían (muy claramente). Fue cuando la violación de la dignidad humana se hizo MUY evidente y por eso mismo se hizo un documento oficial donde se escribieron todos aquellos derechos que uno debe de tener.

     Como sabremos, violaciones hacia la dignidad de una persona ha habido desde siempre. Pero ¿por qué? ¿Por qué decimos que es una violación contra nuestra dignidad? He aquí podemos meter a Kant, filósofo prusiano ilustrado, que defendió la dignidad, además de otras cosas, como la autonomía personal. Decía que el ser humano se merece un trato especial y que es un fin en sí mismo, no un medio; es decir, no puede ser utilizado por otro(s) para alcanzar un objetivo, ya que eso lo convertiría en un objeto. Esto conlleva al derecho de ser respetado y, a la vez, respetar. Volviendo a lo que he dicho al principio de este párrafo, sabemos que no siempre nos hemos respetado, empezando a hablar de hace miles de años, donde lo justo o lo correcto o ambas cosas era lo que decía una persona, un grupo o varios grupos de personas que eran los poderosos, los que tenían recursos o, simplemente, los que gobernaban. La mayoría de ellos (por no decir que todos, pero no vaya a ser que haya habido excepciones y espero que las haya habido) se guiaban por sus propias necesidades y, como mucho, también por las de sus seres queridos. Nadie pensaba que tuviésemos una dignidad y, por ello, derechos.

     Hoy en día eso es indispensable, ya que menos mal que hubo gente que se dio cuenta de que somos personas con personalidad (valga la redundancia) y que por eso meremos respeto. Relacionado a esto, suelo pensar mucho en lo poco y despacio que avanza la Humanidad. También pienso en cómo ha sido posible que la gente viviese en la ignorancia durante tantísimo tiempo. Vale, sé que ha sido por muchísimos factores, pero a veces me permito esa incomprensión.

     Enlazando dichas ideas con la libertad, podríamos decir que los humanos somos libres porque tenemos dignidad y, al tener dignidad, deberíamos de respetar la de los demás, al mismo tiempo que ellos respetan la nuestra. "En otras palabras, aquello que permite al hombre decidir si quiere hacer algo o no, lo hace libre, pero también responsable de sus actos. En caso de que no se cumpla esto último se estaría hablando de libertinaje. Pues la libertad implica una clara opción por el bien." (sacado de http://conceptodefinicion.de/libertad/)

     Para acabar, vuelvo a repetir que es algo muy complejo y extenso de explicar. Además de pedir perdón por mi poca objetividad y, tal vez, fallos en alguno de los puntos. Pero bueno, uno aprende cada día y no para de avanzar y crecer.

     Gracias por leerme y cualquier aportación es bienvenida.

MORAL Y JUSTICIA - Domingo Méndez García

A lo largo de la historia las personas han convivido en sociedades distintas, pero han cooperado para lograr fines como la supervivencia, la mejora de la calidad de vida, el avance tecnológico, la felicidad… No obstante, casi siempre unos han acabado gozando de los privilegios mientras otros trabajaban para mantenerlos. Para evitar esos graves problemas, se ha hecho uso de la justicia, es decir, el principio moral que lleva a dar a cada uno lo que le corresponde o merece.
Para mí la mejor definición de justicia es la que da John Rawls, que establece la justicia como equidad. Para él, para que se cumpla la justicia se ha de cumplir que:
  • Cada persona debe tener un derecho igual al esquema más extenso de libertades básicas compatible con un esquema similar de libertades para otros, es decir, todas las personas deben tener derecho a unas libertades y cumplir unas obligaciones para que estas libertades no entren en conflicto con las libertades de los demás.
  • Las desigualdades sociales y económicas deben resolverse de modo que resulten en el mayor beneficio de los miembros menos aventajados de la sociedad y de modo que los cargos y puestos deben estar abiertos para todos bajo condiciones de igualdad de oportunidades.

También cabe destacar que la justicia ha de ser imparcial, es decir, todos somos iguales ante la ley. Para cumplir con el principio de igualdad de Rawls y con este último de la imparcialidad convienen otros requisitos para que se cumpla la justicia como son el uso de la bondad, o inclinación a hacer el bien, y el reconocimiento de la dignidad humana, es decir, el derecho de cada persona al respeto y a ser valorado como individuo por el único hecho de ser persona. Esta dignidad, junto a un esquema de derechos básicos, se recoge en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Por otro lado, para que se cumpla el principio de la diferencia de Rawls (el segundo citado), es necesario el valor moral de la solidaridad o ayuda a las personas menos aventajadas de la sociedad.
Sin embargo, lo más importante para que se cumpla la justicia además de los derechos son las obligaciones. La sociedad se rige por normas legales o leyes. Estas leyes han de perseguir la justicia y el bien común, lo que para mí se resume en que debe de establecer una serie de libertades y obligaciones básicas a la vez que buscar el avance para favorecer el bien común y la felicidad social. Yo pienso que el sentido de las leyes reside en establecer un orden social para que se cumpla y perdure la justicia, por lo que estas leyes no tienen sentido si no se obedecen. Además, estas leyes han de estar basadas en el consenso o acuerdo entre los ciudadanos, y por tanto tienen carácter relativo dependiendo de quienes sean o qué acuerden los ciudadanos. Esto nos lleva a pensar en el relativismo de las normas, es decir, que la legitimidad de una norma reside en lo que piense la sociedad. También hay que destacar la existencia de principios morales universales que están por encima de todas las normas y que las rigen, independientemente de la sociedad.
Este sentido de las leyes nos hace cuestionarnos la sociedad y las normas con preguntas como: ¿El hombre es bueno o malo por naturaleza?
Esta pregunta cuestiona si la sociedad y las normas oprimen al ser humano, que es bueno por naturaleza o si por el contrario corrigen la actitud del ser humano, que es malo por naturaleza. Para mí el ser humano no es ni bueno ni malo por naturaleza porque la naturaleza no distingue entre el bien y el mal. Lo bueno y lo malo es una construcción de la cultura que tiene cierta relatividad. No se puede decir que el ser humano es bueno ni malo por naturaleza ya que hay personas que actúan por bien propio y otras que actúan por bien común, pero se pueden juzgar los actos como buenos o malos dependiendo de si favorecen o no el bien común. Por lo tanto el ser humano no es ni bueno ni malo por naturaleza sino que dependiendo de la situación y de la educación que ha obtenido hará actos buenos o malos.
Otra pregunta que cuestiona las leyes es: ¿Hay leyes injustas o que atenten contra los Derechos Humanos?
Yo pienso que sí, hay leyes injustas. Estas leyes no cumplen los requisitos de justicia antes mencionados y/o atentan contra los derechos humanos. Esto normalmente se debe a que la autoridad abusa del poder y beneficia a los privilegiados o simplemente que la ley injusta no obedece al consenso. Un ejemplo puede ser cualquier dictadura, como la de Corea del Norte. La injusticia de una ley también se puede deber a un mal juicio de la ley por parte de los que la formulan y la aceptan, como puede ser el parlamento. Esto es meramente un fallo del consenso y normalmente forma leyes polémicas que para algunos son buenas y para otros son malas, pero no es tan importante porque es un fallo, la intención si era el bien común. Por ejemplo, en Tulsa, Oklahoma, va contra la ley abrir una botella de refresco sin la supervisión de un ingeniero con título. Esta ley es absurda y se debe a un mal juicio del ayuntamiento de la ciudad, que seguramente consideró que era peligroso o insensato, aunque no lo sea. Otras leyes injustas se deben a que los ciudadanos han llegado por consenso a un acuerdo injusto o que atenta contra los derechos humanos, normalmente por ideas culturales o religiosas. Por ejemplo, en Singapur está prohibida la homosexualidad. Eso atenta contra el artículo 2 de los Derechos Humanos.
De esta manera, se establece un orden de prioridad entre los referentes de nuestra moral para perseguir el bien, que es ideales (objetivos de la conducta humana) > principios morales > valores morales > normas. La relación entre el tema anterior y esto es que lo más importante son los fines de la humanidad, en los que se basan los principios morales (como la justicia) que a su vez rige las normas (como las leyes) que se basan también en valores morales.

jueves, 8 de diciembre de 2016

LEYES INJUSTAS EN ESPAÑA


La ley de Vagos y Maleantes de 1933( tiempos de la República), referida y aplicada en primer lugar a vagabundos, nómadas, proxenetas y cualquier otro elemento considerado antisocialLey injusta de primeras e injusta después, en 1954, cuando el Franquismo la amplió a los homosexuales (BOE n° 198, 17 de julio de 1954). E injusta porque rompía con el principio de igualdad ante la ley sin distinción de sexo, raza, clase social u orientación sexual. 


España tiene la ley hipotecaria más injusta y abusiva de Europa. La Unión Europea ha admitido incluso que la norma no protege al hipotecado y es injusta. La abogada general del Tribunal de Justicia de la UE, Juliane Kokott, manifestó que las medidas que regulan en España los procesos de desahucio por el impago de una hipoteca son incompatibles con las normas europeas de protección de los consumidores. 

LEYES INSÓLITAS
En París, la villa del romanticismo por excelencia, está prohibido besarse en los andenes del tren. En otros lugares como Dubai son incluso más intransigentes: es ilegal besarse en un lugar público.
 En Miami, por ejemplo, es ilegal pasear por la comisaría de Policía en monopatín. Esto parece romper con la prototípica imagen de «policía de bahía» propia de las películas y series, donde casi todo el mundo va con ropa corta o de baño y patines o monopatín.
 Italia no se queda atrás. El país es en parte conocido por sus polémicas leyes, como la reciente que se aprobó en Roma de no comer ni beber en las calles. Pero las hay incluso más impactantes. En Tropea, al sur del país, la normativa prohíbe a las mujeres «gordas, feas o poco atractivas mostrarse desnudas en la playa».
En Reino Unido está prohibido morir en el Parlamento
En Bahréin, un médico puede examinar los genitales de una mujer, pero cometerá una ilegalidad si mira a ellos directamente durante el examen. ¿La solución? Verlos a través de un espejo.