sábado, 10 de junio de 2017

Comentario de "La controversia de Valladolid" - Celia

Título original: La controverse de Valladolid (TV)
Año: 1992
Duración: 90 min
País: Francia
Director: Jean-Daniel Verhaeghe
Guion: Jean-Claude Carrière
Música: Gérard Vigneron
Fotografía: Bernard Morillon
Reparto: Jean-Pierre Marielle, Jean-Louis Trintignant, Jean Carmet, Jean-Michel Dupuis,Claude Laugier, Pascal Elso

Esta película narra el trancurso de la que se conoce como Junta de Valladolid, que tuvo lugar en 1550 tras el descubrimiento de América por los españoles y en la cual se enfrentaban dos visiones antagónicas de cómo debía llevarse a cabo la conquista. Por un lado, en representación de la defensa de los derechos de los indios y a favor de una colonización respetuosa con su cultura, participó en el debate Fray Bartolomé de las Casas, que actualmente es considerado un pionero en la lucha por los derechos humanos. Por otro, en representación de la defensa del derecho al dominio y al sometimiento de los españoles sobre los indígenas, los cuales son considerados como inferiores, el filósofo, jurista e historiador Juan Ginés de Sepúlveda.

A pesar de ser un telefilme en el cual se nota el bajo presupuesto y se adivina una producción y dirección sencilla, la película mantuvo mi atención y suscitó mi interés en averiguar qué argumentaría cada bando y cómo se desarrollaría el debate. 

Sin embargo, a pesar de estar basada en un hecho real, no refleja con total fidelidad cómo y por qué se produjo este evento realmente, puesto que el debate real no tuvo lugar en torno al planteamiento de si los indios tenían alma o por el contrario eran salvajes que podían ser domesticados como animales. Esto se habría considerado herético puesto que dicha cuestión ya había sido resuelta antes de la convocatoria para la Junta con la bula Sublimis Deus de Pablo III (1537). Esta declaraba los derechos de los indígenas en materia de libertad, propiedad y derecho a abrazar el cristianismo, el cual debían recibir pacíficamente y por lo tanto, el verdadero propósito de la Junta fue alcanzar una base teológica  y de derecho para decidir cómo debía procederse con los descubrimientos y las conquistas de las Indias y discurrió entorno a la discusión surgida alrededor de las obras de Sepúlveda y de las Casas en las cuales cada uno defendía su tesis. En la realidad, la junta quedó inconclusa y volvió a convocarse al año siguiente: no hubo una resolución final y ambos participantes se consideraron vencedores.

No obstante, la película altera el trancurso de los hechos reales para centrarse más en el debate de considerar a los indios como seres "pertenecientes a una categoría distinta", sin alma y que por lo tanto daban el derecho y el deber a los españoles de hacer la guerra contra ellos o ejercer una conquista pacífica respetando su condición de seres humanos e hijos de Dios. Ambos participantes argumentan utilizando principalmente citas de la Biblia como la máxima autoridad existente y apoyándose en los escasos conocimientos que realmente se tenían sobre la cultura indígena puesto que muchas de sus tradiciones, monumentos o rituales estaban empezando a perderse debido a la explotación y colonización española. Sepúlveda argumenta a favor de la guerra y el sometimiento alegando que los indígenas eran pueblos sin civilizar y apoyándose en las siguientes razones:


  • El derecho de tutela sobre los indios se debía a la creencia de que no podían gobernarse por sí mismos.
  • La necesidad de impedir, incluso por la fuerza, el canibalismo y otras conductas "antinaturales" que practican los indígenas para "salvar" a las futuras víctimas de dichos rituales.
  • El mandato de evangelización que Cristo dio a los apóstoles y el papa al Rey Católico.
  • Hacer la guerra facilitaría la predica de la fe.

Bartolomé responde siguiendo la corriente iusnaturalista (que defiende la existencia de derechos universales inalienables) y apoyándose sobre todo en sus experiencias personales en América, puesto que supo de las atrocidades que los colonizadores les habían hecho a los indios y con una visión mucho más cristiana y piadosa, tal como supuestamente predica la religión católica que la de Sepúlveda, el cual encadena varias falacias y tergiversa y saca de contexto algunas referencias bíblicas para apoyar su discurso, dejando de lado las ideas y principios más básicos que muchos cristianos intentaban defender y mantener. Llega incluso a insinuarse en algunos momentos la conexión de los indios con el diablo, utilizando como "evidencia" una pieza de su arte, el cual es calificado como asociado con el demonio. Afirma además que los indios deben ser sometidos porque no saben gobernarse a sí mismos, al no conocer otro concepto de sociedad y de gobierno que el de los pueblos europeos. Para defender la guerra argumenta que esta facilitaría la expansión de la fe cristiana y se acabaría con las "conductas antinaturales" cuya religión de ídolos falsos les llevaba a realizar. No obstante, en aquel mismo momento, en España, existía la Inquisición, institución que llevaba a cabo terribles torturas y castigos en nombre de la religión y esta no era cuestionada, sino que había sido aceptada como una herramienta necesaria, por no hablar de otros cientos de ocasiones en las que en nombre del cristianismo se habían realizado barbaridades.

Aunque sea imposible ser totalmente conscientes de cuáles eran la mentalidad y las creencias en el siglo XVI, podemos ver reflejado el inimaginable impacto que estos hechos tuvieron en el transcurso de la Humanidad, ya que, los occidentales, que se suponían como las únicas civilizaciones sobre el planeta, descubrieron que, no sólo había otros pueblos, sino que a primera vista eran totalmente distintos a lo que era concebido como "raza humana". El miedo a lo desconocido y los intereses occidentales enseguida se vieron mezclados en la discusión, en la que se van introduciendo otros temas como si el hombre es bueno o malo por naturaleza (Rousseau y Hobbes), las críticas por parte de los partidarios de Bartolomé al imperialismo que destruye y silencia la cultura del sometido, las diferencias culturales...
El imperialismo, para los pueblos indígenas, ha sido el silencio. Es el que quisiéramos verdaderamente derrotar algún día, porque un pueblo silenciado es más doloroso que un pueblo que habla y no se escucha. No hay cosa más triste que el silencio como regla sobre los pueblos.
Rigoberta Menchú 
En conclusión, esta película nos hace retrotaernos y hacernos pensar durante unos minutos en un hecho que marcó un hito en la Historia. Creo que a pesar de que algunos de los planteamientos y opiniones que se exponen en ella sean actualmente considerados como intolerantes, racistas e imperialistas (entre otras calificaciones) no viene mal como ejercicio para nuestras mentes "abiertas" de siglo XXI reflexionar sobre cuestiones como estas e incluso colocarnos a ambos lados del debate.



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